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dijous, 10 de febrer del 2011

Cesc, sólo Barça

La estrategia organizada por el Real Madrid para intentar arrebatarle al Barça el fichaje estrella de la próxima temporada parece encaminada al fracaso. Todo el dinero que ponga sobre la mesa del Arenal para llevarse a Cesc Fàbregas no será suficiente para alterar el sentimiento del futbolista, que no es otro que defender los colores blaugranas del club de su corazón.

El Barça siempre tendrá ventaja en la pugna por el jugador si se mantiene una premisa básica, que la entidad barcelonista mantenga su interés por contratarle. En este caso, que parece el más lógico atendiendo los criterios deportivos de Pep Guardiola, Fàbregas únicamente se planteará la oferta culé. Un criterio que ya aplicó el pasado verano y que no ha cambiado.

La renovación del de Santpedor por una temporada más no ha hecho más que reafirmar la esperanza de Cesc de volver a defender la camiseta del equipo en el que se formó. Guardiola fue quien ha apostado personalmente por el fichaje del de Arenys desde el año pasado. El concepto del técnico no ha variado y sigue pensando que su incorporación para la próxima campaña es prioritaria. Cesc sabe que Pep quiere contar con él y no piensa dejar escapar el tren por segundo verano consecutivo. Su historia recuerda mucho a la de David Villa. El de Santpedor nunca renunció a su incorporación, pese a la primera negativa del Valencia a venderle y en segunda instancia consiguió tenerle bajo sus órdenes.

El escenario en el que se está moviendo la negociación es prácticamente idéntico al del verano. El jugador apuesta sólo por el Barça en caso de dejar el Arsenal y deberá ser el club blaugrana quien ponga toda la carne en el asador para contratarle. Cesc es en la actualidad uno de los mejores jugadores del mundo y, por tanto, su precio es muy alto. El Barça no piensa pasar de los 45 millones de euros, aunque podría buscar fórmulas imaginativas para subir este precio y demostrar de forma decidida el deseo de incorporar al futbolista. La inclusión de otros jugadores podría ser una solución. Centrocampistas interesantes para el Arsenal, como Keita o Afellay podrían ayudar a aumentar la oferta, o en todo caso, otro perfil de jugadores que gustaran a Arsène Wenger, como podría ser Bojan Krkic.

La inclusión de futbolista podría permitir alcanzar los 60 millones de euros que parecen dispuestos a pagar el Real Madrid o Chelsea. Ambos clubs ya han mantenido una toma de contacto con el Arsenal. Sus única opción pasa porque los ‘gunners’ pongan a Cesc entre la espada y la pared ante una oferta desorbitada. Sin embargo, si el Barça está inmerso en la puja, el jugador sólo estaría dispuesto a moverse en dirección al Camp Nou. El panorama variaría radicalmente si el Barça diera marcha atrás y desestimara su incorporación. Entonces, Fàbregas debería decidirse entre cambiar de aires o continuar en el Emirates.

En cualquier caso, el dinero de Florentino Pérez o Roman Abramovich no será el aliciente que le lleve a jugar en el Santiago Bernabéu o Stamford Bridge. El centrocampista se siente muy bien pagado en el Arsenal y su única motivación para marcharse es formar parte de un ambicioso proyecto deportivo. Y la propuesta que le transmitió Pep Guardiola es mucho más atractiva que cualquier otra que pueda recibir. El fichaje por el Barça significa volver a casa, jugar en el equipo de su corazón y, por encima de todo, ser una pieza básica del conjunto que practica el mejor fútbol del mundo. Cesc quiere ganar y disfrutar. Dos conceptos que actualmente sólo se puede encontrar en el Camp Nou.

El aspecto deportivo es el que más pesa, pero también cuenta mucho el emocional. Fàbregas ya tiene ganas de regresar a Catalunya para reencontrarse con su familia después de haber vivido siete años en Londres. El jugador tiene la intención de construirse una casa en Barcelona para un futuro inmediato. Aunque tirará adelante su plan con independencia de cuál sea su próximo equipo, es una señal de las ganas que tiene de fichar por el Barça.

El Madrid ya ha intentado en otras ocasiones convencerle y siempre se ha llevado una negativa. Ramón Calderón fue quien insistió más, pero Cesc no movió ni un dedo para que el traspaso pudiera llevarse a cabo. La temporada pasada, Florentino prefirió a Kaká al catalán y ahora quiere reparar el error, pero todo apunta a que será demasiado tarde. El sentimiento culé de Fàbregas es demasiado fuerte.

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